Nunca deja de asombrarme la falta de escrúpulos.
Y sobre todo en política.
Y eso que hace mucho tiempo que ando en esta huella. Pero nunca deja de asombrarme.
Quizás porque siempre estoy creyendo que se puede hacer política desde otro lado: Desde la honestidad.
Cuando accedo al padrón de las dobles afiliaciones en la Provincia de Buenos Aires, veo, con gran sorpresa, que figuro como afiliada al Partido Renovador de la Provincia de Buenos Aires. Que era, allá por el 2007, el que postulaba a Sarghini. Un peronista al que algún correligionario intentó adherir para seguir siendo candidato a algo.
Y digo con sorpresa, porque NUNCA he estado afiliada a otro partido que no sea la Unión Cívica Radical, desde el día mismo que cumplí los 18 años.
Era obvio que alguien precisaba algunas fichas de afiliación para que le dieran entrada a este Partido, y por ahí un cargo, y decidió “truchar” algunas firmas (entre ellas la mía) y así cumplir el cometido.
Hoy me veo obligada a denunciar estas prácticas. Sobre todo porque deben acabarse. Porque no debemos dejar seguir actuando en el terreno de la política a quienes creen que gozan de una impunidad sin límites.
El responsable, sabe que me refiero a él.
Y esta vez, el límite, se lo pondremos a través de la justicia.
Y, por supuesto, seguiremos tratando de ponérselo, a través de la militancia.
María Celina Sburlatti
D.N.I. 18.530.391
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