Este nuevo aniversario ratifica la vigencia del pensamiento de Leandro N. Alem, la doctrina está por encima de los hombres; las ideas prevalecen, más allá de los nombres.
Frente a tanta voracidad divisionista, puesta en práctica por el Gobierno, estos 119 años encuentran a la Unión Cívica Radical, honrando, como lo ha hecho a lo largo de su historia, la voluntad de sus fundadores, que no es otra cosa que el respeto y la participación del conjunto de sus afiliados en la toma de decisiones políticas.
Nacimos en las calles, luchando por la dignidad de los salarios, por el bienestar de los sectores más postergados y por la libertad de expresión de aquellos, cuyas voces eran acalladas, el tiempo ha pasado y sin embargo, aunque con distintos rostros, el enemigo sigue siendo el mismo.
A lo largo de la historia fuimos testigos del desprecio que manifestaron hacia el radicalismo, los que usurparon el poder, y los que –aun siendo elegidos por las urnas – abusan del poder.
Los partidos políticos son una herramienta indispensable de la democracia, un camino que seguimos quienes creemos que sumando a un proyecto colectivo, podemos ser útiles y lograr una mejor calidad de vida para nuestros semejantes que tienen sus necesidades básicas insatisfechas.
Queremos seguir buscando la verdad, porque no creemos en aquellos que se adueñan de la verdad y desechan el intercambio de ideas o el consejo bien intencionado, los cultores del mensaje único se convierten en fundamentalistas.
El presente nos encuentra espiritualmente sólidos y convencidos de estar representando fielmente la voluntad popular expresada en los últimos comicios; dispuestos a asumir los desafíos que nos confíe la ciudadanía.
El futuro nos encontrará buscando los consensos necesarios para aplicar políticas que reformulen el estado y lo hagan moderno, participativo, donde el trabajo ocupe el lugar del desempleo, donde la asistencia no sea asistencialismo prebendario y donde la escuela pública contenga y forme a todos los pibes que ha excluido la pobreza, la desnutrición y la droga-dependencia.
Porque somos radicales elegimos la libertad, porque somos decentes denunciamos a los corruptos, porque como creemos que es posible la unión de los argentinos, tendemos la mano a nuestros ocasionales adversarios, pero por sobre todo porque estamos convencidos de que 119 años de historia no nos ponen por encima de nadie, sino que nos obliga a redoblar esfuerzos para consagrar un derecho no establecido en nuestra carta magna “el derecho a la inclusión”.
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